EL CAMBIO CLIMÁTICO YA ESTÁ AQUÍ
Y SUS CONSECUENCIAS NOS AFECTARÁN A TODOS

acento argentino

Efecto invernadero¹ y calentamiento global son términos que hemos escuchado gracias a los medios de comunicación, las cumbres² políticas internacionales, la lucha de las ONG³ y las asociaciones ciudadanas. Pero ¿realmente sabemos qué consecuencias tiene para nosotros, habitantes del planeta Tierra, el cambio climático que se avecina⁴ si no nos concienciamos como sociedad y presionamos a nuestros políticos? En este reportaje hablamos alto y claro con expertos sobre la posible desaparición de nuestro cómodo modo de vida en menos tiempo del que pensamos.
Héctor de Prado Herrero es el responsable del área de clima y energía de la asociación ecologista Amigos de la Tierra, y en las redes sociales⁵ gestiona⁶ las cuentas de SOS Clima. A pesar de que, como muchos expertos, reconoce que el cambio climático se ha dado siempre de forma natural en nuestro planeta, advierte de⁷ que ese fenómeno está creciendo desorbitadamente⁸ por el efecto del hombre, especialmente por culpa de gases de efecto invernadero, CO₂ y metano, principalmente. La quema de combustibles⁹, la deforestación, el abuso de la ganadería¹⁰, etc., incrementan estos gases en la atmósfera, calentándola y haciendo que se derritan los polos y suba el nivel del mar.
Como comenta Héctor, nuestra sociedad consigue energía de la quema de combustibles fósiles y esta práctica tiene consecuencias negativas:
 
“Se está debilitando el manto de gases que protege nuestro planeta y, a colación de¹¹ esto, se está subiendo gradualmente la temperatura. No es que suba del mismo modo en todas partes; nosotros hablamos de incremento de la temperatura global media. En la región mediterránea, todavía somos más vulnerables. Eso lo que tiene es unos impactos directos en el medioambiente¹² (oleadas de calor¹³, oleadas de frío, sequías¹⁴, pérdida de biodiversidad…”.
 
Estos impactos directos, a su vez, tienen consecuencias socioeconómicas negativas. En el caso de España, por ejemplo, problemas como la desertización progresiva y las olas de calor extremo pueden hacer disminuir el número de turistas de forma alarmante. Si no hay una solución política a la altura de la magnitud del problema, la economía de España se verá gravemente afectada, ya que una de las principales fuentes de ingresos del país es precisamente el turismo.

DESPLAZADOS¹⁵ CLIMÁTICOS: LOS REFUGIADOS DEL FUTURO

¿Qué ocurre con las cumbres europeas que pretenden luchar contra el cambio climático? ¿Cómo puede la ONU dictar unas normas y obligar a cumplirlas a los países miembros? Para Héctor de Prado, en las cumbres del clima, Europa suele colgarse la medalla de “líder climático”, pero luego ocurren las grandes paradojas entre lo que se promete y lo que finalmente se lleva a cabo¹⁶. Por ejemplo, una semana después de la cumbre de Bonn se publicó una lista de nuevas líneas de alta tensión, nuevos gaseoductos¹⁷ y hasta un total de cincuenta y tres proyectos basados en gas. Como comenta Héctor, esto significa hacer una inversión¹⁸ masiva con el dinero de los contribuyentes¹⁹ europeos, y el gran problema es que hasta que estas infraestructuras se amorticen²⁰ va a pasar mucho tiempo, tanto que al final nos vamos a quedar encerrados en la quema de combustibles fósiles.
La consecuencia más grave de esta quema de combustibles fósiles es el incremento de la cantidad de gases de efecto invernadero, que retienen el calor en la atmósfera; y esto provoca el aumento de la temperatura de la Tierra y con ello también la temperatura del mar. ¿Y cuál es la gravedad de que aumente el nivel del mar? Lo más alarmante es que podrían desaparecer bajo el agua ciudades y países enteros; y no se trata solo de un lugar como Venecia. Uno de los casos más representativos es el de Tuvalu, un país formado por islas en el océano Pacífico que están a uno o dos metros sobre el nivel del mar. Si el mar aumentase en un grado su temperatura, el mar devoraría la tierra, dando lugar a lo que ellos llaman “migraciones climáticas”. Los desplazados ambientales²¹ no tendrán dónde ir. Pero no se trata solo de Tuvalu. Casos más recientes como el de Siria también tienen una parte en la que la responsabilidad del cambio climático sigue escondiéndose:
 
“Detrás de los recursos²² energéticos, detrás de muchas cosas sigue escondiéndose el cambio climático. Cuando hablamos de justicia climática también esta-mos teniendo en cuenta²³, ya no solo el medioambiente, sino también toda la parte socioeconómica, de dere-chos humanos. Y desde luego Naciones Unidas está intentando dar pasos, pero quizás no a la velocidad necesaria”.
 
Existen países cuya altura sobre el nivel del mar es de diez o quince metros, como Bangladesh, que tiene cientos de millones de habitantes. ¿Dónde irían esos desplazados ambientales? ¿Los acogeríamos²⁴ como refugiados teniendo en cuenta el trato político que se les está dando a los refugiados de guerra en Europa?
 
“Ahora mismo, lo que nos dicen los informes²⁵ que nosotros manejamos²⁶ es que, de todas las reservas que hay en el subsuelo, ahora mismo en el planeta, solo podemos quemar un 30% de lo que conocemos. Si no, a partir de ahí, lo que se pueden desatar²⁷ es una serie de efectos naturales que se retroalimentan²⁸ y que luego no va a haber quien los pare; lo que nosotros llamamos el ‘cambio climático catastrófico’”.
 
Según este ecologista de Amigos de la Tierra, no es una cosa que ocurra en países lejanos y asegura que lo veremos también en nuestros propios países. No obstante²⁹, esta asociación intenta concienciar³⁰ día a día a los ciudadanos, a los medios y a los políticos sin utilizar un discurso catastrofista. Conocer las herramientas para revertir³¹ esta situación y hacer campañas tanto a nivel político como de sensibilización³² de la ciudadanía es una forma de prevenir. Si seguimos haciendo así de mal las cosas, pronto estaremos en peligro. Una de las herramientas fundamentales para mejorar esta situación es abogar³³ por energías renovables³⁴:
 
“Creemos que el futuro renovable ha llegado para quedarse, lo que nos preocupa a nosotros es la velocidad de esa transformación. Nosotros el tipo de sistema que queremos abandonar es este sistema obsoleto, sucio, basado en esa quema de combustibles fósiles, y que además está vinculado a grandes plantas que generan una energía que luego se tiene que transportar a los diversos puntos de la geografía y ello conlleva³⁵ unas pérdidas enormes de energía”.
 
En el pasado, gracias al Protocolo de Kioto, diversos países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que la temperatura media del planeta aumentase de manera notable. Este acuerdo fue histórico. Más de una década después, una cumbre de vital importancia, según Héctor, será la que se celebre en 2018 en Katowize, Polonia. Allí se pondrá sobre la mesa lo que cada una de las partes considera que debe hacer para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Su objetivo interno será evaluar si realmente los países van por la senda³⁶ de limitar las emisiones de efecto invernadero o hay que volver a poner medidas³⁷ más fuertes.