Lee y escucha el diálogo.
–Hola Marta, ¿cómo estás? Te veo un poco nerviosa.
–De nerviosa, nada. Estoy muy enfadada.
–¿Con quién?
–Con mi madre. Dice que no puedo ir a la fiesta esta noche.
–¿Por qué?
–Es que la fiesta empieza tarde, a las diez, y dice que tengo que estar en casa a las once.
–Bueno, si tienes todavía trece años, es normal, ¿no?
–Trece no, ¡tengo catorce! Todas mis amigas van a quedarse en la fiesta hasta las doce y media.
–Anda, no te pongas de mal humor y, por favor, no te enfades con tu madre.
–¡Es muy aburrido quedarse en casa la noche del viernes!